El bienestar es la base de la educación de la familia Cognita y forma parte integral del propósito de todos los colegios que formamos parte del grupo educativo alrededor del mundo. Por eso, el bienestar debe formar parte de los cimientos de nuestro nuevo colegio. Cuando los alumnos sienten que su colegio es un entorno seguro, sano y propicio, es más probable que tengan un sentimiento de pertenencia y orgullo por el mismo, y por lo tanto se crea un efecto positivo que repercute en su bienestar. Nuestro nuevo colegio está siendo planeado desde el principio como un entorno que cuente con instalaciones, recursos y espacios de aprendizaje que ayuden a optimizar el bienestar y la productividad.

Además, crear espacios concretos para este propósito nos da la oportunidad de demostrar y comunicar, más allá de las palabras, nuestra preocupación y el valor que le damos al bienestar. Esto no es otra cosa que predicar con el ejemplo y mostrar a nuestros alumnos y personal que su bienestar es importante para la comunidad, que es algo que debe ser visible y practicarse con frecuencia para que forme parte de nuestra vida cotidiana.

Espacios que impulsan el bienestar 

Si nos fijamos en la Carta del Bienestar de la familia de Colegios Cognita y en los factores que contribuyen al mismo, nos haremos una idea de la importancia de los espacios de aprendizaje. En primer lugar, en cuanto a factores físicos, entran en juego lugares que invitan a la actividad física (esto no significa un gimnasio, sino más bien un lugar simplemente para caminar o estirarse. Por eso, hemos previsto una senda que da toda la vuelta a la parcela, con la longitud de 400 metros, para que nuestros estudiantes puedan pasear y correr.

Por otro lado, también debemos hablar de lugares que, aunque no son para dormir, también buscan proporcionar un descanso profundo, ya que es algo que favorece la relajación y un estado de paz, lo cual, a su vez, permite una mejor conexión con nosotros mismos. El profesor Andrew Huberman, neurocientífico estadounidense, lo explica muy bien: “La NSDR (descanso profundo sin dormir, por sus siglas en inglés non-sleep deep rest) aprovecha el hecho de que podemos controlar nuestra percepción. Es decir, en qué sensaciones nos centramos. Y al hacerlo podemos cambiar nuestro estado cerebral de pensamiento, de estrés, de planificación, de anticipación de cualquier tipo -positivo o negativo- a uno de pura sensación y relajación profunda”. El interior de nuestro edificio contará con mobiliario y zonas que permitan ese descanso. Muchas repisas de ventanas están concebidas como bancos de descanso, aprovechando el espacio que además se enriquecerá con luz natural. Pero no debemos olvidar nuestra terraza de 400 m2 en el piso superior con espacios para descansar y fortalecer relaciones de amistad.

Este punto nos lleva a fijarnos en cómo los entornos escolares favorecen el desarrollo y el mantenimiento de las relaciones, el factor número uno de predicción de la felicidad según un estudio de 50 años de la Universidad de Harvard. Disponer de espacios para conectar adecuadamente contigo mismo y con los demás, como será nuestra terraza o nuestra zona de gradas en el exterior, beneficiará el bienestar de nuestros alumnos y, en consecuencia, su capacidad para prosperar.

Naturaleza y bienestar van de la mano 

Como dijo una vez Sir David Attenborough, científico británico: “los entornos naturales al aire libre pueden ofrecer un tipo muy especial de experiencia de aprendizaje: la oportunidad de descubrir y aprender tocando y sintiendo, la posibilidad de explorar y asumir riesgos, los estímulos del aire fresco y los cielos sin límites.”  

Sin embargo, sabemos que hoy en día la distancia que se permite recorrer a los jóvenes ha cambiado; esta generación de niños tiene mucha menos libertad para salir al exterior, explorar y jugar al aire libre. Si a esto le sumamos el aumento del tiempo que los estudiantes pasan en dispositivos digitales (por una serie de razones), está claro que es crucial que nosotros, como padres y educadores, ayudemos a nuestros hijos a navegar por un mundo en constante cambio que está afectando fundamentalmente a la forma en que nos comunicamos, trabajamos y vivimos. Por lo tanto, aquí cobra sentido una de las verdades más simples: el cuerpo humano está diseñado para moverse y pasar tiempo al aire libre, y depende de nosotros proporcionar y promover oportunidades para que nuestros hijos hagan ambas cosas. Como colegio hemos adquirido ese compromiso al proyectar un nuevo edificio donde los espacios al aire libre y la naturaleza son cruciales.

La conexión con la naturaleza no estará solamente presente en el exterior con nuestro jardín vertical y la frondosidad arbórea, sino que el interior estará diseñado para que – visualmente – tengamos una sensación de estar rodeados de naturaleza: gran presencia de madera y de luz natural, decoración y mobiliario de manera, diseños con elementos de la naturaleza… todo ello con el objetivo de dar la sensación de calma y tranquilidad para cuidar nuestra salud mental y nuestros niveles de estrés.

Es positivo ver la dirección que está tomando el colegio, junto con Cognita. Nuestro nuevo edificio es una gran muestra de ello. El factor de sostenibilidad del edificio, junto con los elementos naturales que se extienden por todos los espacios, son dos áreas que el mundo está tratando de promover por diferentes razones obvias. El hecho de que nuestro nuevo colegio se construya basándose en estas ideas va más allá de simplemente hablar de ello, sino que envía una declaración de intenciones y establece un listón para el futuro. Sin duda, la construcción de este edificio basado en estas ideas y principios es ambiciosa, progresista y demuestra lo que sentimos por nuestros alumnos.

Escrito por Beth Kerr (Directora de Bienestar en Cognita) y Rich Health (Coordinador de Bienestar en TEMS)